sábado, 26 de enero de 2013

Menu de Congreso de los Diputados: 3.55 €. Escolares 3.80 € por calentar lo que llevan en el Tupper. Menu escolar 5 €.


















En un programa de radio
Hace unos días, el periodista de ABC Punto Radio, Melchor Miralles, en una entrevista telefónica al presidente de la Patronal Madrileña , Arturo Fernández, que a su vez es el concesionario de los servicios de restaurante del Senado, el Congreso de los Diputados y de la Asamblea de Madrid, le preguntaba cómo es posible poder dar menús a sus señorías por la ridícula cantidad de 3,55?.

El señor Fernández comenzó por negar la mayor, diciendo que no era cierto, que esa cantidad no era correcta, y que como cualquiera podía comprender, era imposible poder servir un menú por ese precio, con los gastos que ello conlleva de personal, etc., y poder obtener unos beneficios como cualquier otra empresa o negocio.

Lo que no sabía este señor es que el periodista tenía en la mano un tiket en el que figuraba dicho importe, cosa que corroborraron el resto de tertulianos que le acompañaban.

La respuesta del Sr. Fernández fué ceder, pero sólo a medias, diciendo. "Puede ser ese el precio, pero sólo de un plato, o medio menú. El menú completo cuesta más, como el de un restaurante normal y corriente".

De nuevo el periodista volovió a insistir: "En el tiket que yo tengo pone: Dos platos, postre, bebida y café".

Ante esta aseveración, el presidente de la patronal, sin querer dar su brazo a torcer, respondió que no estaba al corriente del precio, que a pesar de ser él mismo el concesionario, no conocía el importe de los menús que se servían a sus señorías en los restaurantes de estas tres instituciones.

Ante la perplejidad de los periodistas por esta respuesta, vino a decir que:

"De otra manera, su negocio sería una ruina, y por eso, esos servicios ESTAN SUBVENCIONADOS CON FONDOS PÚBLICOS.

Nos hemos enterado, pues, que sus señorías, a pesar de cobrar suculentas dietas, que justifican en tener que vivir en una ciudad que no es la suya de residencia habitual, sólo pagan por sus comidas una tercera parte de lo que cuesta el menú más barato a cualquier otro trabajador que tiene que mantenerse de su bolsillo.

Nos enteramos también de que le cuesta menos la comida a un senador o diputado de lo que paga cualquier escolar en Madrid por llevar su comida de casa en una fiambrera, que paga 3,80? por el uso del comedor y del horno microondas en que se la calienta.

Nos hemos enterado, de paso, que a costa del dinero de todos, cuando una empresa es ruinosa, que vendiendo a precios por debajo del costo se podría ir a pique, es rescatada con los dineros de todos, incluidos de los que están en el paro, de los que no llegan a fin de mes, de los que tienen que hacer ingeniería financiera para repartir el sueldo de miseria que cobran al llegar el primero de cada mes.

Ya conocemos el motivo por qué el anterior Presidente del gobierno, Sr. Zapatero, cuando le preguntaron en TV el precio de un café en un bar cualquiera, no supiera el importe. Si tenemos en cuenta que dos platos, postre, bebida y café valen 3,55? el café sólo debe andar bastante por debajo de los 80 céntimos que este señor aseguró que costaba.

Basta ya de casta de privilegiados que sólo conocen la crísis porque han oido hablar de ella.

Basta ya de vividores del cuento que se reservan para ellos unos derechos que están quitando al pueblo.

Basta ya de gentes sin escrúpulos, sin cultura muchos de ellos y sin vergüenza todos, que están viviendo a costa de robar y quitar derechos a los demás, para crearse para sí mismos los que les viene en gana.

domingo, 13 de enero de 2013

Ya era hora: El 95% de los españoles asegura que los partidos protegen y amparan a los acusados de corrupción

La llamada sensación térmica depende de factores distintos a la temperatura objetiva y no siempre coincide con ella. De la misma forma, la impresión que tienen los ciudadanos sobre la corrupción política dibuja un negro panorama en el que cada vez hay más casos y, lo que es más negativo, en el que existe impunidad casi absoluta para los implicados. En tiempos de crisis se acentúa esa impresión por motivos obvios, hasta el punto de que, según la encuesta de Metroscopia, un 63% considera que ha crecido la corrupción política; un 54% asegura que es superior a la de otros países y hasta un 95% desconfía de las intenciones de los partidos y de la eficacia de la Justicia para combatirla.

LA CORRUPCIÓN EN EL CENTRO DEL PANORAMA POLÍTICO. Fuente: Metroscopia / EL PAÍS
Casos como el de la financiación ilegal de Unió, en el que la Justicia ha tardado 16 años en sentar en el banquillo a los acusados y se ha saldado con un pacto para evitar la cárcel, contribuyen a esa impresión. Se cumplen estrictamente la ley y el proceder habitual de buscar acuerdos con la acusación para aceptar los hechos y evitar la cárcel, pero se elude la ejemplaridad que los ciudadanos exigen por la acumulación de casos. Por eso, hasta un 92% deplora la lentitud de la Justicia hasta el punto de considerar que es ineficaz para combatir la corrupción.

Además, como hay resistencia a la expulsión de la vida política de los acusados, la sensación de impunidad de los corruptos se asienta en la sociedad. De ahí que un 95% de los encuestados denuncie que los partidos tienden a tapar y proteger a sus militantes corruptos en vez de denunciarles y expulsarles. Esa protección es a veces transversal como lo prueba que el Gobierno del PP indultara el pasado mes de marzo a un dirigente de Unió para evitarle la cárcel. A falta de respuesta en los partidos y la Justicia, la salida según la encuesta debe estar para el 87% en una posición intransigente de los ciudadanos a la hora de ir a votar. Es decir, que no se apoye a candidaturas en las que se incluyan a acusados por corrupción. Para un 67%, no obstante, los políticos corruptos son solo una minoría, pero suficiente para poner en entredicho el buen nombre de los demás.

El sondeo es coherente con la impresión de desafección política que muestran todas las encuestas. De hecho, se deduce que si en este momento hubiera elecciones la participación estimada sería de entre el 60 y 62%, es decir, entre 10 y 12 puntos por debajo de la de las elecciones generales de 2011.

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Los encuestados son muy críticos con los partidos y el 86% les exige un gran pacto nacional para hacer frente a la crisis económica. A esa petición le sigue el pesimismo del 76% que considera improbable ese acuerdo.

 La conclusión es que el 88% reprocha a los actuales partidos que miren por sus intereses y problemas y no los de la sociedad; el 81% asegura que crean más problemas de los que resuelven y el 72% lamenta que sientan los pactos como debilidad y no como fortaleza. También ponen de manifiesto un declive de lo que se conoce como clase política, porque el 66% asegura que los partidos actuales son peores que los de la Transición y el 55% opina que con los de ahora no se hubiera logrado el tránsito a la democracia.

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