Esta sociedad, según relató Gordon ante el juez, subastó unas parcelas en Colmenar Viejo (Madrid) que fueron adjudicadas a la constructora leonesa Teconsa, una de las empresas vinculadas a la red Gürtel. Teconsa es la empresa que utilizó la trama como pantalla para conseguir la adjudicación de la sonorización y la imagen de la visita del Papa Benedicto XVI a Valencia en 2006. Esta operación, que supuso a la trama un beneficio total de tres millones de euros, fue supuestamente urdida entre Álvaro Pérez, El Bigotes, el hombre de Correa en Valencia, y el exdirector general de televisión pública valenciana, Pedro García.
Esos tres millones se los repartieron entre Teconsa, que se embolsó 200.000 euros; Pérez se quedó 500.000 y una cantidad similar el exdirector de la radio televisión valenciana. Crespo, por su parte, recibió 650.000 euros y Correa, el cabecilla de la trama, 1,4 millones de euros.
Gordon declaró ayer en el juzgado que la comisión por la venta de las parcelas de Colmenar Viejo a Teconsa se ajustó a los precios de mercado. El dinero obtenido con la venta se destinó a la operación urbanística desarrollada en La Nucia.
Tras la declaración de Gordon, llegó el turno a Pablo Crespo, ellugarteniente de Correa, que se ha negado a declarar. Ambas declaraciones, junto con la del exvicepresidente de Repsol, Ramón Blanco Balín, el encargado de crear la estructura societaria de Gürtel en el extranjero, habían sido solicitadas por la Fiscalía Anticorrupción para evitar que prescriba el posible delito fiscal que se cometió con estas operaciones.
El juez Ruz ha decidido posponer la declaración de Blanco Balín a instancia de su letrado, que ha alegado que se encuentra de viaje, lo que le impedía comparecer.
Antes de prestar declaración, en los pasillos de la Audiencia, Pablo Crespo expresó su “gran preocupación” por la situación penitenciaria de su exjefe Francisco Correa, el único imputado que permanece en prisión. “Me inquieta que Correa siga en la cárcel tres años después por una causa económica, no es justo”, afirmó.
Crespo negó que hayan existido pagos a políticos y se presentó como víctima de una conspiración urdida por “gente que, amparada en su posición pública, ha cometido auténticas tropelías; confío en que, en el futuro, serán punibles”. “La causa entera ha sido un auténtico disparate; si yo tengo que asumir algo, lo asumiré, pero todo lo que se ha dicho es falso”, añadió.
“Esto es una causa 100% política, creada por órganos políticos y con objetivos políticos”, prosiguió Crespo. Admás, lamentó que muchas personas que trabajaban para las empresas de Francisco Correa hayan perdido sus empleos a pesar de que, según el número dos de la trama, “no tienen ningún tipo de implicación en los hechos que se nos atribuyen”.
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